Publicado en El Día de Zamora el 15 de septiembre de 2017.
Y da igual
que esto lo esté leyendo una persona que duerme las famosas ocho horas
recomendadas, o tres o diez. Hay gente que, con independencia del tiempo que
duerma, se pasa el día – uno tras otro – con sueño. A estas alturas del
artículo, y sólo llevo tres líneas, aparecerán los expertos diciendo que no es
lo mismo la cantidad de horas que durmamos que la calidad de estas, y que para
descansar es necesario un sueño profundo y reparador,
lo que no siempre está directamente vinculado al tiempo que pasamos durmiendo.
Mamarrachadas. Día tras día suena el despertador y tú te tirarías, no cinco
minutitos más, sino cinco horas más metido en la cama, pero aún así, pasadas
esas cinco horas, ni por todo el oro del mundo saldrías de la cama. A ver, por
todo el oro del mundo igual sí, pero sólo un momento, para ir a hacer pis y
volverte a acostar. Ya no les cuento toda esa gente que no tiene motivo alguno
para levantarse, bien porque no tenga críos que llevar al cole, porque no tenga
trabajo, o aun teniendo razones, estas no son lo suficientemente estimulantes
para abandonar el catre, como llevar a los críos al cole o ir a trabajar. La
cosa es que, por lo que sea, usted sale de la cama a la hora que toque y se
pasa el día arrastrado. Y no cuela lo de tomarse varios cafés ni cosa parecida,
el sueño sigue pegado a ti y no hay manera de apartarlo ni de disimularlo. “La
cara es el espejo del alma”, no, no, la cara es el espejo del sueño que tienes,
dejemos el alma y esas cosas para otro momento porque, ya puestos, de la
existencia del alma puedes dudar, pero no tienes duda alguna de que eso que
sientes invadirte es sueño. ¿Y qué hacer? Bueno, pues después de comer una
siestecita… y da lo mismo, sigues con sueño. Pero llega la hora de acostarte y
estás ahí enganchado a la película de turno, o a la serie que toque y ya no te
seduce tanto meterte en la cama. La solución, a mi entender, va a ser que nos
dejen dormir cuando queramos y el tiempo que nos dé la gana, que para llevar a
los críos al cole o para ir a un trabajo de mierda a cobrar un sueldo de las mismas
características mejor que nos olviden. Y es que vivir con sueño es muy jodido.
Vivir en general es muy jodido.
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obligatorio.
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