Publicado en El Día de Zamora el 7 de octubre de 2016.
Allá por el
año 1985, una banda británica llamada “The Waterboys” publicaba un álbum
llamado “This is the sea” en el que había una canción; “The whole of the Moon”,
algo así como “Toda la Luna” o “La totalidad de la Luna”. La letra, un poco
cursi la verdad, nos viene a decir que, mientras que la chica siempre va
uno o dos pasos por delante y ve “toda la luna”, él sólo puede alcanzar ver “la
luna creciente”. Y es que, reconozcámoslo, hay seres que, cuando a nosotros se
nos ocurre una idea sobre algo, ellos ya tienen trazado el plan para ejecutarla
desde hace tiempo. Suele ser gente tachada de excéntrica, de visionaria, a la
que por su peculiar y distinta manera de pensar se la suele apartar a un
rinconcito, mientras que la masa se deja llevar por el pensamiento mayoritario,
a veces único. Así, la multitud, cuando ha de enfrentarse ante un inconveniente,
se mira desconcertada mientras que aquellos que quedaron marginados por su insólita
percepción de la realidad, suelen ya haber resuelto el puzle incluso tomando
piezas de otros puzles, cosa esa inadmisible por la mayoría, pero si la pieza
que buscas no puedes encontrarla en la caja, ¿dónde está escrito que no se
pueda recurrir a otras cajas que nos ayuden a enmendar el problema? Los
ortodoxos me dirán que eso es hacer trampas, que es incumplir las reglas
básicas de la resolución de los puzles, a lo que los seres peculiares contestarán
que las reglas se crean para dar soluciones a obstáculos que ya existían antes
de tales normas, pero que frente a nuevas complicaciones habrá que dar
respuestas originales. Que sí, que en medio de ese cielo azul donde falta una
pieza que no hay manera de encontrar esos seres plantarán una de color
amarillo, disonante con las demás, inarmónica, pero eh, ahí tienen un atisbo de
sol para dar luz en la oscuridad del momento. A veces, la solución no se
presenta tan fácil. A esos seres les gusta jugar y nos van dejando pistas para
que demos con la respuesta nosotros mismos, para que con eso el ego no se nos
derrumbe y podamos seguir viviendo con él intacto. Y sí, mientras unos somos
capaces de ver la luna entera, otros solo ven la cara que les alumbra por la
noche.
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