Publicado en El Día de Zamora el 27 de mayo de 2016.
El otro día estrené el servicio de
alta velocidad que une nuestra ciudad con la Capital del Reino y me pasó algo
muy curioso. Montado en el tren me quedé dormido y soñé que viajaba en avión.
Lo curioso fue que al despertar me encontraba aterrizando en el aeropuerto de
Barajas, y ya no estaba ni dentro del tren ni de mi sueño, o eso creía yo,
porque con lo despistado que soy ya no tengo muy claro cuándo estoy dormido,
cuando no, cuando lo que sueño es real o viceversa. Un lío, sí. A veces, me
meto en la cama un domingo y cuando me levanto para iniciar la semana, en su
correlativo lunes, se da la circunstancia de que es miércoles, pero no es porque
yo haya caído en un letargo brutal cual bello durmiente (no es mi caso lo de
bello) sino que en realidad yo me había acostado un martes pensando que estaba
viviendo en domingo. Fui a contarle este trasiego vital a mi médico de cabecera,
y cuando entré en su consulta me dijo que ya no estábamos en el día que yo
creía que era y que la cita para la consulta se me había pasado. Ni siquiera la
ciencia médica se dignó a darme una solución, o al menos un consuelo, a esta existencia
a saltos que llevo. Y créanme, pese a lo emocionante que pueda parecerles,
estar así es un desasosiego continuo. El último fenómeno que me ha sucedido es
que yo me creía que ya había votado en las elecciones a presidente del gobierno
y resulta que no, que estas son en junio. Y no es que me moleste tener que ir a
volver a votar, pero miren, ya tuve que pasar por una campaña electoral y el
hecho de repetir la experiencia me resulta cansino, porque ya me conozco las
caras de todos, sé lo que van a prometerme, y, más importante, lo que van a
incumplirme. Como verán, no todo son ventajas en el hecho de llevar una vida cambiante
a cada momento, y más cuando uno piensa ya que está atrapado en un bucle
electoral del cual no va a haber manera de salir hasta que aquí se vote como
ellos quieran. Ay, me dirán algunos, “con Franco esto no pasaba”. Y tienen
razón, pero miren, un salto en el tiempo así tan hacia atrás no eh. No.
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