Nochebuena.


              Publicado en El Día de Zamora el 23 de diciembre de 2015.


       Sí, ya sé que estarán pensando que soy poco original con el título de este artículo, pero miren en la época en la que estamos, ¿qué pretendían? Además, seguro que andan haciendo ustedes acopio de viandas como si las fueran a prohibir, y tampoco van a hacerme mucho caso. Pero, verán como ahora sí empiezan a prestarme atención. La cosa es que les estoy escribiendo desde las navidades futuras. Pero muy futuras, tanto que no me está permitido revelarles nada de lo que ha sucedido en todos estos años, aunque conociéndome, sabrán que me voy a saltar a la torera la norma. Lo primero, no se pueden ni imaginar la que se lió al principio de 2016 para formar gobierno. Fue tal que si se lo dijera, no me creerían, así que para qué les voy a hacer perder el tiempo, ya lo descubrirán por sí mismos. Lo que sí les puedo contar es que aquí, en el futuro, no se está tan mal; hace calor siempre, por lo del cambio climático, y este artículo se lo está escribiendo un robot mientras yo me dedico a actividades más prosaicas. En el futuro, tomen nota, no trabaja nadie. En eso nos parecemos mucho a su presente, pero aquí la decisión la tomó el gobierno, sí, también casi como en su presente. La cosa es que el gobierno, visto que el paro no paraba de crecer y que no había manera de proporcionarle trabajo a la población, decidió que nadie trabajara. Todos parados. Al principio, la gente no sabía qué hacer y se incrementó el nivel de suicidios, lo cual se solucionó entregando a cada ciudadano un perro para que tuviera que cuidarlo, sacarlo de paseo y así estuviera entretenido. Esto derivó en un incremento de las heces cánidas en las aceras de las ciudades, y como era imposible deshacerse de ellas, una conocida marca de cosmética decidió, porque ella lo valía, reciclarlas como crema de la inmortalidad, y aquí nos tienen, inmortales todos. Bueno, todos no, que los chinos hicieron una copia barata de la crema y aquellos que decidieron aplicársela… Esto tampoco se lo voy a contar por si están ustedes desayunando o algo así. Y ya me he enredado y no les he dicho nada de la Nochebuena futura. Pero para qué, vivan cada uno la suya como quieran o les dejen. Disfruten, si pueden, claro.


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