Publicado en El Día de Zamora el 18 de diciembre de 2015.
Y no, en contra de lo que ustedes pudieran pensar,
no voy a hacerles en este artículo una crítica sobre la nueva película de la
saga “Star Wars”, pero el título de esta me ha venido fenomenal para lo que les
quiero contar. Veamos, no sé si ustedes, a lo largo del tiempo, se habían dado
cuenta de que nuestra democracia, que aunque consolidada es jovencísima si la
comparamos con otras de nuestro entorno cultural político, se había cubierto de
una considerable capa de moho a través de la cual apenas podía vislumbrarse el
invocado hasta el hartazgo “espíritu de la transición”. Y hete aquí que, cuando
la situación se presentaba desesperada, la herrumbre lo pudría todo, y el desapego
de los ciudadanos para con sus líderes había mutado en hostilidad, por decirlo
de manera delicada, apareció la nueva política, cubierta ella de neones y una
gran parafernalia alrededor. Y como según el dicho, escoba nueva siempre barre
bien, pues aquí hemos decidido enterrar todo lo anterior y dotar a los
calificativos “nuevo” o “viejo” de argumentos políticos esenciales, pero banales
a mí entender. Y en esta vorágine, florecieron lo que se ha venido a llamar
fuerzas políticas emergentes, que si bien han ayudado mucho a quitar el moho
del que les hablaba, y con ello a que estemos todos pendientes de esta campaña
electoral como hace tiempo que no pasaba en España, también cabe decir que no
es oro todo lo que reluce. Si tomamos las palabras del sociólogo Émile
Durkheim, el cual decía que cuando la gente se marea porque ve sangre no
hay que pensar en qué propiedades tendrá la sangre para producir esos efectos,
sino qué le pasa a la gente que se marea, nosotros, pobres votantes, tampoco
deberíamos mirar hacia la luz encandiladora de quienes basan su seducción en la
novedad y poco más, que si bien la mediocridad de los dirigentes de los
partidos clásicos ha ayudado lo suyo, no es cosa de entregarse a ciegas al
primero que pasa. Así, cuando el próximo domingo vayan a votar, háganlo
pensando cuánto hay de nuevo en lo viejo y de antiguo en lo moderno, cuánto hay
de oportunismo en los unos o de resistencia en los otros, y sobre todo, quién
será capaz de adaptarse mejor a las nuevas circunstancias que se nos vienen. La
Fuerza son ustedes. Despierten.
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