Publicado en El Día de Zamora el 2 de octubre de 2015.
Supongo que, al leer el título de mi artículo, estarán de acuerdo en aunar esfuerzos para luchar contra los estúpidos y la estupidez en general. Porque miren, son una lacra cuya densidad por metro cuadrado aumenta día a día y, lo que es más alarmante, con una gran capacidad para tomar decisiones que nos afectan a todos. A este respecto, Carlo Cipolla, historiador económico italiano, elaboró una teoría la cual consta de varias leyes que paso a exponerles y comentarles.
1)
Subestimamos
la cantidad de estúpidos que hay. Aunque pensemos que hay muchos estúpidos,
siempre fallaremos en el cálculo por dos razones:
a.
Gente que en algún momento considerábamos
inteligente, nos sorprende con su estulticia.
b.
El estúpido aparece por sorpresa en los momentos
y lugares más inesperados.
2)
La
probabilidad de que una persona sea estúpida es independiente de cualquier otra
característica de esa persona. La estupidez no entiende de clase
social, raza, educación, etc. No cabe discriminación en función de la estupidez,
es la cosa más democrática que hay.
3)
Estúpido
es quien causa daño o pérdida a otra persona o grupo sin obtener al mismo
tiempo provecho para sí, o incluso obteniendo perjuicio. Igual que
frente al malvado es posible defenderse, frente al estúpido no hay protección
que valga, ya que sus acciones no buscan el beneficio propio. El estúpido es
impredecible e inoportuno, no se le ve venir. Los puestos de responsabilidad
dependen de la elección de grupos de personas, los cuales contienen una
proporción de estúpidos y por lo tanto, sus decisiones perjudicarán a los demás
y a sí mismos. ¿Por qué? Porque son estúpidos.
4)
Los
no estúpidos subestiman siempre la capacidad de hacer daño de los estúpidos. Pensar
que se puede sacar provecho de un estúpido es un error que evidencia la incomprensión
del fenómeno. Además, en el transcurso de sus acciones, el estúpido aprenderá
nuevas formas de sorprenderte con su estupidez y, finalmente, de causarte daños
a ti y probablemente a sí mismo.
5)
El
estúpido es el tipo de persona más peligrosa que existe. Tanto una sociedad
próspera como una decadente tiene el mismo porcentaje de estúpidos. La
diferencia está en que en la segunda, el aumento de la presencia de estúpidos
en puestos de responsabilidad y el aumento de estúpidos entre quienes los
eligen, suele ser la causa de esa decadencia.
Saquen ustedes sus conclusiones.
Puedes
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