Símbolos.


                Publicado en El Día de Zamora el 5 de junio de 2015.

        Les tengo al tanto de lo sucedido hace una semana en la final de la Copa del Rey y de la que se ha liado durante este tiempo por ello. Con independencia de la lucha entre la libertad de expresión y el mal gusto, tres cosas. Primera; que todos aquellos que son irrespetuosos con los usos y costumbres de los demás, son extremadamente sensibles con el miramiento que esos demás han de tener hacia lo suyo. Segunda; que si los catalanes a una pitada la llaman "xiulada", igual no nos deberíamos tomar muy en serio la cosa. Tercera; frente a ese ánimo sancionador que ha aflorado en cierto sector de nuestro país, decirles que siempre será mejor educar, o informar, que castigar. 

      Y es que en lo que respecta a los símbolos, cada uno se rasca lo que le pica. Ahí tienen, por ejemplo, como en algunos hogares de Israel y Estambul muchas familias de judíos sefarditas aún conservan la llave de la casa que sus antepasados habitaron en España, antes de ser expulsados por los Reyes Católicos. Esa llave ha pasado de padres a hijos como una herencia simbólica que contiene, a la vez, la fatalidad del destino y la esperanza de un retorno. A otro nivel, todos ustedes guardarán algo que les recuerda un lugar, un momento, a alguien, una cosa que un día mostraron a otro como quien presenta una reliquia y de la que ese otro se mofó. ¡Ay el respeto! Supongo que los que silban un himno cualquiera estarán preparados para asumir como un comportamiento amparado por la libertad de expresión que, llegado el caso, otros silben el suyo. Porque miren, el respeto debe ser mutuo y entendido como un sentimiento de reciprocidad, pero supongo que es más fácil rasgarse las vestiduras pidiendo compostura por lo mío mientras me cisco en lo de los demás. El respeto ha de aprenderse, no significa estar de acuerdo en todo con otro, se trata de no discriminar ni ofender a ese otro por su forma de vida y sus decisiones, siempre y cuando estas no causen daño, ni afecten o irrespeten a los demás. Vamos, que el respeto implica tolerancia. Hace un par de días, en Zamora, se ha derribado la capilla del Hospital Provincial. El consejero de Sanidad se mostró sorprendido por la polémica creada, dado que el edificio no tenía protección alguna. Era un símbolo, ya saben... 



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