Esperanza (Aguirre).



                  Publicado en El Día de Zamora el 30 de abril de 2015.

        Reflexión: Me resulta paradójico que el Día Internacional del Trabajador sea festivo, cuando lo normal sería que, para celebrarlo, se trabajara el doble.


         Y tras esta afirmación, así tan neoliberal, vamos con lo nuestro que es hablarles de la actualidad pasada por el tamiz de mi particular punto de vista. En esta ocasión, vamos a seguir con el hilo del neoliberalismo y voy a hablarles de Aguirre, la mujer, mejor La Mujer, la esperanza neoliberal de España, el revulsivo que a las derechas, sin pudores ni miedos a declararse como tales, ha de devolverles la ilusión de que existen personas capaces de restituir al país la esperanza que se han encargado de tirar por tierra, tanto una oposición rastrera, egoísta, embustera, e hipócrita, como el vergonzante periodo del gobierno de Zapatero. Ya ven que en esta columna, como me levante con el pie derecho por todo lo alto, dejo en nada a Marhuenda, a Inda,  a César Vidal y similares. Pero es que la nueva ocurrencia de la Sra. Aguirre me tiene desconcertado y seducido a la vez. Propone la Condesa consorte de Bornos y Grande de España que se prohíba a los indigentes dormir en la calle para no perjudicar al turismo en Madrid. Claro que sí Doña Esperanza, que una cosa es que tengamos que ver a los pobres pidiendo por la calle y otra encima es que nos estorben al pasear porque están dormidos en nuestras aceras. Y encima van sucios y huelen mal, que si fueran pobres pero aseados y vestidos como Dios manda, sería otra cosa. Y tiene usted razón, Esperanza. Esa gentuza, solo por hacer daño, se empeña en dormir en la calle teniendo en Madrid hoteles como el Ritz, como el Palace, como el Villa Magna. No pueden ser de fiar, así que bien, expulsémonos no ya de la vía pública, sino de la vida. ¡Qué asco los pobres Esperanza! ¿Para qué vamos a darles un trabajo digno que les asegure un sustento y un hogar decente, si lo que les gusta es dormir en la calle? Pues que sigan en la calle, pero en calles poco transitadas, como en esas casas que, para limpiar, lo que se hace es esconder la mierda bajo la alfombra. ¿Sabe qué otra cosa espanta a los turistas? Los ladrones, Esperanza. Igual esos son más de su entorno...
  
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