Publicado en El Día de Zamora el 13 de febrero de 2015.
El otro día, si les digo que en
Valorio no me iban a creer, así que cambiaré la ubicación, me encontré en
nuestra Plaza Mayor un grupo enorme de personas. Estaban allí, muy tranquilos
ellos, hablándose en voz baja, y desde luego no tenía aspecto de ser una
concentración de ciudadanos con ánimo de reivindicar algún derecho de esos que
creíamos perdurables como la sanidad o la educación. Vamos, que estaban allí y
ya. Sin más. He de decirles que el grupo era muy numeroso, alrededor de 2.600
individuos, algunos opinaron que hasta 3.000, y por el aspecto de sus miembros,
heterogéneo. Picado por la curiosidad me puse a preguntarles y aquí les aporto
los datos. La mayoría de esas personas eran amas de casa, y daba igual que en
realidad fueran empresarias, arquitectas o princesas, allí figuraban como amas
de casa. Todos ellos, al parecer, eran personajes de primer nivel del mundo
empresarial, del espectáculo, del deporte, de la nobleza, pero también había
traficantes de droga, nada de menudeo eh, que uno de ellos se vanagloriaba de
mover 1.200 kilos de cocaína en cada tacada, de armas, de diamantes y hasta
señores de la guerra, pero como ya les he dicho, eso sí, todos ellos de primer
nivel. Me dirán ustedes que ya basta de que me invente situaciones y, sobre
todo, de que se las intente hacer creer. Y tienen una pizca de razón, pero esta
vez lo he hecho por edulcorarles un poco la información, porque si les suelto
así sin más que esos datos, todos ellos reales, son los más llamativos acerca
de los españoles miembros de la famosa "Lista Falciani", es probable
que tampoco me fueran a creer. Pero es así. De los españolistos (no, no es una
errata) que figuraban en ella, Hacienda logró recuperar 260 millones de €uros
en liquidaciones de bienes no declarados, más de 200 solo del fallecido Emilio
Botín. Pero no crean que se abrió una investigación para averiguar el origen de
esos fondos, no. Ustedes traen la pasta, pagan la multa y los posibles delitos,
tanto fiscales como los derivados por las posibles actividades ilícitas que
generaron el lucro, quedan evaporados. Que sí, que legalmente es así, pero...
¿y la ética? Vaya, a ustedes también les ha dado la risa. Y claro, así nos va.
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