Las vueltas del mundo.



              Publicado en El Día de Zamora el 26 de septiembre de 2014.

      A las alturas de semana que les escribo, tenemos por un lado al Jefe del Estado en los EE.UU. y al Jefe del Gobierno en China. Y un vacío en el Ministerio de Justicia. ¿Siempre se van los mejores? Ya ven que no, al menos en el caso que nos ocupa. Todavía se me hace raro Felipe como rey de España. Yo lo veo por la tele y me sigue saliendo “mira el príncipe”, pero ya ven, si un ser como Rajoy ha llegado a ser Presidente del Gobierno de España, ¿por qué no iba a llegar a rey Felipe? Al menos al primero lo elegimos entre todos, cáiganos la penitencia por el pecado cometido, pero el otro nos lo han impuesto, como cuando tu querida te dice que por razones (aquí no iba a escribir razones, ya me autocensuro yo) tienes que cenar con su familia las noches de los viernes. Aquí, al menos, te queda el consuelo de pensar en emborracharte locamente y no atender a las patochadas de tu cuñado, pero con la imposición de un rey esta solución es poco efectiva dado que requeriría un consumo etílico desorbitado y diario, lo cual, a la larga, traería consecuencias funestas para la salud, y no está la sanidad pública como para atender cirróticos por doquier. Y luego tenemos lo del ministro. Sería fácil hacer gracietas acerca de que no ha dimitido, que lo han abortado y cosas así, pero como me tengo por cronista serio de la realidad, o algo parecido, les diré que a este lo hemos echado entre todos. Vale, igual esos que hacen llamarse “grupos provida” estaban encantados, pero la gran mayoría de la sociedad, lo que estaba era hasta las narices del falso modoso Gallardón. Por cierto, los “grupos provida” son en realidad “grupos antiabortistas”, que parece que todos los demás somos “grupos promuerte” y no es el caso. Así que ya ven, con este vacío notable de poder que tenemos ahora mismo en España, unos por viajeros, otros por expulsados del paraíso ministerial, en cualquier otra civilización que pudiéramos considerar avanzada, lo tendríamos a huevo, ni a Fernando VII o a Felipe II se lo pusieron así, para iniciar una revolución de las gordas. Pero claro, seguro que eso es de antisistemas radicales. Como Robespierre. Como Viriato. Como María Pita. Una lista interminable, sí.

Puedes seguirme en twitter en @cuadrablanco. No es obligatorio.


No hay comentarios:

Publicar un comentario