Agosto, segunda semana.



                    Publicado en El Día de Zamora el 14 de agosto de 2014.


        Sigo contándoles lo que sucede en agosto, o lo que yo creo que sucede, que como ya saben ustedes, su concepción de la realidad y la mía suele diferir.

        Es un hecho que sigo sin estar moreno, y cuando lean esto será ya 14 de agosto, y estaremos a la mitad del camino de la llegada de septiembre. Sí amigos, ya solo queda la mitad… Tampoco he ligado. A 14 de agosto, lo del amor de verano empieza a ser algo mitológico, como un cani sin faltas de ortografía o una choni sin selfie en un cuarto de baño. No me resultaría deprimente el hecho de no haber ligado si no fuera porque me he enterado, abro aquí la crónica rosa del momento, de que María Teresa Campos lo ha hecho con Bigote Arrocet. Cuando fui hace un par de días a una tienda en la que anunciaban ya las segundas rebajas a ver si allí encontraba, en un rinconcito y a buen precio, un amor para lo que quedaba de verano, me enteré de que esos dos seres, cuyos nombres no repetiré, se habían emparejado. El amor es así, aunque sea de saldo. Ahora, no tengan miedo que creo yo que la buena señora no está ya en edad de engendrar nuevos vástagos, que si en su apogeo reproductor su aportación al mundo fue un ser como Terelu, imagínenla ahora en pleno ocaso de su fertilidad lo que saldría de ahí. Y más sabiendo que el progenitor masculino es el otro individuo… Eso y la campaña que Tele 5 nos montaría: primera ecografía del ser, desarrollo de la gestación, y el parto en directo y en prime time… lo que nos hemos ahorrado en sufrimiento y sustos.

        También me he enterado de que en este año, agosto viene con cinco fines de semana. Y la cuestión no es baladí, que es un fenómeno que se produce cada 823 años nada menos, y para los chinos, ¡Ay los chinos! esto puede suponer la llegada de abundantes bienes materiales. Tanto usamos aquel dicho de “te han engañado como a un chino” que ahora ellos se están vengando de nosotros con su filosofía raruna y sus bolsos de imitación.

        Vuelvo a recomendarles que aprovechen y duerman. Dejen de hacer cosas, salvo el vago, y compren lotería de Navidad.

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1 comentario:

  1. ¿Tú también te has creído lo de los 823 años? Menuda decepción.

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